
Miercoles | 11 de Diciembre de 2019
Hoy te invito a hacer un salto al vacío, a confiar en esa red universal que nos sostiene y que nos hace a todos humanos, únicos e irrepetibles.
Urano, en astrología, es conocido como el planeta de la individuación, no como un proceso de crecimiento propio y diferente de los demás, sino como una pauta general que se desenvuelve en cada uno de nosotros.
Es un planeta transpersonal ya que su movimiento es más lento y marca generaciones enteras. Tarda 84 años en dar una vuelta completa y ubicarse en el mismo lugar del cielo que en el momento de nuestro nacimiento. Está compuesto por ciclos de 7 años que concuerdan con procesos evolutivos.
En la mitología, Urano es el dios del cielo y se encontraba en un abrazo eterno con Gaia, la tierra. Acudía cada noche a cubrir la tierra y de esta unión nacieron los titanes y las titánides, modelos de belleza y deidades de animales y vegetales, océanos, bosques, mares, lagos y ríos. Pero sus hijos menores resultaron ser monstruos: los Cíclopes, gigantes de un solo ojo, y los Hecatónquiros, gigantes de cien brazos y cincuenta cabezas. Urano se avergonzó de ellos y decidió encerrarlos en el Tártaro, el mundo de las profundidades y la oscuridad. |
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Gaia sin embargo, los amaba, así que incitó a los titanes a que se rebelaran contra su padre pero sólo Crono estuvo dispuesto a cumplir con su obligación. Gaia fabricó una hoz de piedra afilada con la que Crono le tendió una trampa a su padre, le cortó los testículos y los arrojó al mar. De las gotas de sangre que se filtraron en la tierra nacen las Furias, un símbolo de la venganza, y de los testículos, que continuaron a la deriva hasta Chipre, emergió Afrodita, la diosa del amor.
En el mundo antiguo no había altares de culto a Urano, porque precede a la creación física y por lo tanto no tiene forma. Es un dios primordial y representa un elemento de la naturaleza: el cielo, así como la fuerza de los rayos y la electricidad.
Es con esa sensación eléctrica que solemos sentirlo en el cuerpo, y que a menudo denominamos ansiedad. Nos recorre, nos moviliza, nos mantiene inquietos y si no la descargamos correctamente se puede convertir en una explosión.
Es energía de mutación y donde Urano se encuentre en nuestra carta natal nos rebelaremos y trataremos de cambiarlo para crear algo nuevo. Allí seremos considerados raros, diferentes y un poco locos. Pero también desarrollaremos nuestro trabajo en ese punto de la red que nos permite entrecruzarnos con los demás.
Nos otorgará la intuición y la previsión propias de este planeta, con una mirada rápida, abstracta y genial, que nos permitirá tomar decisiones desde el olfato y no desde la razón.
Urano nos muestra el área de nuestra vida de la muchas veces queremos huir, a veces escapando y otras intentando ser “normales”, cumpliendo con lo que se espera de nosotros. Pero, si nos animamos a enfrentar los miedos y nos mantenemos conectados, es allí donde se expresará toda nuestra creatividad y todo nuestro ser.
Diremos que es energía de red, de todo aquello que nos interconecta, y hoy tenemos el gran ejemplo de las redes sociales: nos vinculan y al mismo tiempo nos mantienen separados.
Aquí hablamos de soltar nuestro ego, atravesarlo para convertirnos en verdaderos seres sociales, atados por hilos invisibles y enlazados en pos de un objetivo común. Así podremos adaptarnos a la diversidad de experiencias que la vida nos propone, cambiando, saltando, y trabajando en conjunto para que todos nosotros podamos ir un paso más allá.
Lic.Jimena Romero Zaliz
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